domingo, 26 de octubre de 2008

LA CORPOREIDAD COMO FORMA DE EXPRESIÓN


Conferencia
CORPOREIDAD COMO FORMA DE EXPRESIÓN
U.F.T. 25 de octubre de 2008
Prof. Víctor J. Parra O.

Agradecimientos. Quiero empezar haciendo un especial agradecimiento a la UFT en nombre del Dr. Carlos Vásquez (colega de la UPEL, compañero de labores organizacionales y promocionales de varios eventos), quien se interesó y comparte mi inquietud sobre 2 cosas, a saber, la promoción de actividades novedosas que provean de experiencias y herramientas heurísticas a los estudiantes, y la orientación que en materia artística y científica me motiva. Agradecer también a todos Uds. a los cuales trataré de hacerles valorar el esfuerzo, el tiempo y el dinero que han invertido para estar hoy en este recinto.
Sobre la disertación, empezaré aclarando qué es exactamente lo que no voy a ofrecer; no es un curso de capacitación, no es una super conferencia llena de infinitos recursos, hipérboles, metáforas, que más que aclarar lo que hacen en los peores de los casos es enturbiar el panorama, tal como nos los dice el Dr. Alexander moreno “la Esencia y la apariencia”; ahora bien, en sí es una serie de Experiencias y reflexiones sobre esas vivencias -en este caso organizadas sistemáticamente- sobre la praxis pedagógica, investigativa y creativa misma (como praxis defino aquella práctica que se auto reconstruye, se enriquece y se transforma, esencia de lo humano). También es justo aclarar que no es una presentación de un trabajo ya acabado, sino más bien la configuración dinámica y recursiva de una plataforma onto-epistemológica y tecno-metodológica para la aproximación a un objeto de estudio, en este caso la Corporeidad y la expresión.
Aclarada la oferta, también me complace compartir con Uds. desde una dimensión del participante de doctorado; y desde este montículo raso, reflexionar sobre el cómo entender e ir configurando un sistema de apropiación para el desarrollo de la investigación; respecto a ello, me resuena o hace eco lo que planteaba el Dr. Pascual Mora (prof de la ULA, núcleo Táchira) en unos de los seminarios del PIDE (Programa inter Institucional de Doctorado en Educación), “como participantes de un doctorado estamos llamados a trascender los planos técnicos-instrumentales y técnicos metodológicos a los que estamos acostumbrados por los enfoques y tradiciones del pensamiento; por unos más onto-epistemológicos”; esto se entiende no como un simple esnobismo, sino como una actitud que fortalezca el sentido de emancipación del que nos hablara Habermas; al ser nosotros mismos, dueños conscientes de procesos de abordaje de las realidades y de la generación de conocimientos; no obstante, con ello generar mecanismos para la transformación educativa de la que tanto se habla. Ahora bien, con esta nueva misión a cuesta, participar en estudios de 5to nivel, no sólo implica -y de manera reductiva- la orientación de la titularidad y el prestigio que pudiera obtenerse de ello; sino que también implica primordialmente la necesidad del fortalecimiento de actitudes que beneficien el desarrollo de una praxis pedagógica reflexiva e innovadora, generar conocimientos, discursos y acciones que nos ayuden a la comprensión y transformación del mundo interno, externo e interrelacionar de nosotros como seres sociales.
Los tres lentes; El caso específico. Para poder abordar el estudio que estoy desarrollando ahora, fue necesario en principio, poner en claro mis planos ontológicos, o, de dónde surgían mis propios sistemas de entendimiento de la realidad, con los cuales mi persona hacía la construcción de saberes y conocimientos, para lo cual voy a tratar de explicar con una metáfora de los tres lentes (adaptadas de las lecturas de Strauss y Corbin 2001). En un primer lugar me refiero a los anteojos de las lecturas técnicas, con las cuales se va formando un fondo epistemológico que me permite generar conocimiento desde las teorías formales y/o enfoques de otros autores. En segundo lugar, se tienen los anteojos de las experiencias previas, vivencias cotidianas o instantáneas que se reflejan en la forma como aseguramos qué es la realidad; y por último, están los que yo me atrevo a denominar como anteojos de la creatividad y la imaginación, con las cuales anticipamos lo que posiblemente puede ser la realidad. Con estos objetos cognoscentes, pude -en esta etapa del proceso- describir mis intereses, motivaciones, expectativas, fortalezas y las muy especiales debilidades para iniciar el trabajo. En este sentido, lo importante -a mi criterio- no es usar sino en el determinado momento los anteojos determinados.
De un determinado paradigma a un enfoque emergente “La Conciencia”. Para la aproximación a la situación de estudio, fue necesario reflexionar sobre la visión de los ámbitos donde las cosas simplemente “funcionan”, lejos de anteponer las tradicionales formas de observar y estudiar las realidades como “situaciones problemáticas”. Ahora bien, como ser humano siempre me ha inquietado saber cómo y de de qué está hecha la conciencia; respuesta nada fácil de encontrar, pero que como muchos nos hemos puesto a tratar de construir, bien sea desde una determinada área de conocimiento llámese ciencia, filosofía o religión, arte, entre otras. Este tema de la conciencia, desde varios enfoques ha tenido su matiz; así pues, desde las posturas evolucionistas se apunta por el concepto de impulsos que permitieron la sobrevivencia, la reproducción, la adaptación y la transformación (Romo 2005; De la Herran, A. 2005; Ríos; De la Torre 2006). No obstantes para otros enfoques la conciencia es una construcción más bien generada por la interacción social, que facilita a los seres humanos a decidir por sus propios destinos. Este debate sobre la conciencia -en pleno furor- define en todo caso la forma como los seres humanos nos apropiamos de nuestro mundo; pero vale preguntarnos, ¿cómo se ha formado y cómo funciona esa conciencia desde otras dimensiones que vayan más allá de lo fisiológico, de lo cognitivo-sensorial y de lo socio-afectivo? sin pretensiones de hacer una separación ni una fusión extrema de tales dimensione; es decir, que tenga un valor desde lo Corporal; en tal sentido, vale preguntarse ¿ha evolucionado? ¿Existe o hemos construido una conciencia como esa?, ¿participa nuestro cuerpo y nuestro movimiento en la apropiación del mundo? ¿Qué discursos se han desprendido de estas inquietudes? ¿Cómo se reflejan en una praxis pedagógica estos discursos y acciones? Y por último ¿cómo la gente común percibe y valora esa conciencia? Con estas interrogantes me planteo un gran propósito como lo es: Abordar desde el plano documental y vivencial las diferentes posturas que condicionan, estructuran y generan procesos de comprensión sobre la conformación de una Conciencia Corporal.
Enfoques del estudio. Ante las pretensiones ya formuladas anteriormente, se inicia este estudio desde la perspectiva epistemológica del Subjetivismo en su intento de “explicar y comprender”, como expone Sandin (2003, p.41). Así mismo, este estudio apunta teórica y técnometodológicamente de manera complementaria y compleja desde lo documental en una primera fase y vivencial en una segunda. En la primera aproximación, se está considerando los aportes de la actual psicología de la conciencia del individuo (Csikszentmihalyi, 1965) y la sociología de las interacciones sociales de Husserl, Weber y Schutz (en Rusque A., 1999), a través de la óptica ecosistémica - holística de la subjetividad de los procesos creativos en mundo individual y colectivo. Bourdieu, Derrida, Lyotard, Deleuze y Rorty, Martínez (2002); Guinsberg, E. (2000); Ferrater Mora (1994); Georges Thines y Agnes Lempereur (1975); Galende (1997); González Rey (1999); Mitjans M. (2005), Torre y Violant (2006). Sobre la subjetividad es importante considerar la intención de romper con las controversias generadas por los complejos procesos de acercamiento entre las instituciones y las ciencias para obtener, procesar y validar los conocimientos y trascender las dicotomías entre lo individual – social, interno – externo, intrasubjetivo – intersubjetivo, articulando de forma dialéctica, ambos polos y expresando su carácter, contradictorio, complementario y recursivo.
Revisión de las teorías y/o antecedentes previos. A fin de abordar una perspectiva del conocimiento teórico, encontrada en la lectura técnica, con la cual apropiarse de las metodologías y técnicas para el poder indagar científicamente la situación objeto de estudio, fue necesario revisar los aspectos interdisciplinares que desde diversas configuraciones orientan el estudio en cuestión; ahora bien, tomando en cuenta también mi experiencia como investigador, las intenciones fenomenológicas de la investigación, dichas teorías y experiencias no son tomadas como anteojos filtradores y determinantes, ni se pretenden extraer indicadores ni dimensiones de las mismas para extender y consolidar como únicos sus planteamientos; se pretende más bien visualizar los abiertamente los aportes de diversos autores, escuelas, teorías, contrastar sus posiciones, en otras palabras, “partir de muchos conocimientos pero pocas ideas de lo que sucederá” o “El riesgo de revisar a fondo la literatura al comienzo de un estudio cualitativo encausado a generar teoría, reside en el peligro de cercenar la creatividad del analista. Debe evitar ser cautivado por esta.” Strauss y Corbin (1990:48). Veamos a continuación una pequeña muestra de de los múltiples enfoques que estoy analizando:
Modelos Axiológicos y Estéticos. Maisonnenuve J. y Bruchon S (1984) exponen que un modelo corporal supone a modo estricto la referencia constante de un patrón, proporciones y apariencias; pero en esta teoría, se refiere a las condiciones del cuerpo en el campo de los valores consagrados o emergentes (espiritual, cultural) que se concreta en prácticas sociales que deparan en reglas, ordenes, sentimientos, sensibilidades y juicios estéticos. Este modelo se representa a través de a) las conceptualizaciones del Cuerpo y Corporeísmo; es decir, las prácticas, intervenciones y expresiones que se desprenden. b) la Belleza, las prácticas, las actitudes y los estereotipos sobre este debate; c) El Arte, las diversa manifestaciones sobre las concepciones, ataques, paradojas y transiciones que ha despertado el mundo de la plástica.
La Configuración Humana. Para Ewing W. (1996) el tema del cuerpo está en el centro del debate social, no por la moda, sino más bien por la perentoriedad, a tal efecto los artistas han tratado de prolongar la vida (pp 9-14)., representando en sus obras al cuerpo en sus diversas formas, a saber: Fragmentos: partes; Figuras: desnudos; Indagaciones: ciencia; Carne: muerte, inexistencia de la corporeidad; Destreza: condición física; Eros: objeto del deseo sexual; Enajenación: castigo, opresión; Ídolos: Idealización; Espejos: retratos del autor; Política: polémicas; Metamorfosis: transformación; Mente: sueños fantasías y obsesión.
La experiencia Somática. Para Keleman S (1999) el cuerpo es la base de las experiencias, del pensamiento, de las metáforas e imágenes que usamos para nuestras vidas. Es decir, es la base de nuestro ser consciente (pp 13-15). La anatomía emocional se preocupa primordialmente de cómo el individuo se maneja a sí mismo para funcionar y configurar la estructura de la experiencia individual (p. 7). En esta teoría, se observan aspectos como: La Creación, referidos a los espacios, flujos y escenarios para la conciencia animada. El Mapa Corporal, presente en el adulto, es la conexión el movimiento que genera el conocimiento emocional. Agresiones a la Forma, los retos, ataques y agresiones. Patrones Alteración Somática, interacciones sociales y las herencias personales de auto organización que genera la forma emocional propia. Realidad Somática, es la forma individual que genera las sugerencias para una educación somática y su reorganización. Interacciones Somáticas, consistente en el interactuar en el que se desprende la danza de las interacciones humanas.
El Salutismo. Devis Devis (2000) expone su enfoque desde el efecto provocado por la sociedad del consumo sobre el estilo de vida en las personas. Este efecto es un entramado de creencias, valores y prácticas sociales que conforman una conciencia falsa o limitada sobre la salud (pp 73-86) En este planteamiento encontramos una categoría central, el Culto al cuerpo, que se compone de subcategorías de análisis como: el Cuerpo Máquina y el Cuerpo Nanone, donde se expresan los diferentes efectos que sobre la exageración de la promoción de la salud en torno a la condición física y la estética.
Identidad Corporal. Grasso A. (2005) nos expone que el problema de la contemplación y el cultivo del cuerpo y su apariencia mediática ha priorizado la orientación hacia la actividad física dejando a un lado la expresión (el cuerpo vivido, el sonido de lo corporal). Este planteamiento, indica que la motricidad le da forma, sentido y significado a la Corporeidad y que esta es un proceso dinámico, complejo y continuo de construcción de una identidad (p. 11-23). La corporeidad según esta autora, se compone de procesos como: la Expresión, encaminada a la comunicación y la unidad corporal; la Exploración, el hacer, el actuar y el desempeñarse; y el Descubrimiento, donde se alcanza la identificación y el poder de la decisión.

Reflexión sobre la revisión previa de la bibliografía. Los diferentes conceptos de movimiento y cuerpo han estado en la punta de un debate, principalmente paradigmático, ya que el abordaje, bien sea desde el paradigma mecanicista, ideático o desde el sociocultural, sólo han deparado diversas y distantes formas de entender al cuerpo sólo como un algo objetivo, taxonómico, funcional y estructurado; o algo subjetivo que radica en el pensamiento y conducta individual del ser, o algo intersubjetivo al que la cultura y la sociedad en última instancia le han otorgado el estatus actual. No obstante la complementariedad y complejidad es importante desde la visión de que el movimiento se transforma en mecanismos creativos, o lo que algunos denominan motricidad y que el cuerpo es más que un órgano externo, sino que también es el objeto vivo de expresión y que ambos, cuerpo y movimiento, al conjugarse en la conciencia del individuo como algo en el que él encuentra las vías para comunicarse con el mundo exterior y entender su propio mundo interior; es decir, cuando el objeto de la acción humana es comunicarse y conjugarse en lo factual y simbólico, allí es donde el individuo alcanza la corporeidad. En las teorías antes revisadas son diversos los autores y autoras que han escrito sobre los conceptos de cuerpo y corporeidad: Trigo et al. (1999), Grasso (2001), Pérez – Samaniego y Sánchez (2001), Portela (2002), García (2002), Duch y Mélich (2003), Paredes (2003). A partir de sus aportaciones, las diferentes concepciones del ser humano se podrían agrupar en dualistas (lo material “cuerpo” está separado de lo inmaterial “alma”, “espíritu” o “mente”); monistas (lo material e inmaterial son una misma sustancia indivisible) y socioculturales (cuerpo simbólico: construcción social y cultural de la corporeidad). A esta agrupación, cabría añadir la concepción ecosistémica del ser humano: sistema holístico, complejo, autoorganizado, recurrente, relacional, inacabado y trascendental (Moraes, 1999). Según Duch y Mélich (2003, 32), citado por Benedice (2005) la valoración que las distintas culturas humanas han hecho del cuerpo “ha sido históricamente decisiva para todo aquello que, en lo concreto de la vida cotidiana, han pensado, hecho y sentido los hombres y las mujeres que han vivido” (p.403).
Influencia en los discursos educativos. Las distintas valoración estudiadas, han influido en las distintas concepciones teórico – prácticas y objetivos de la educación motriz. Según Pérez Samaniego y Sánchez (2001), las concepciones dualistas del ser humano han desembocado en una educación centrada en los aspectos instrumentales y objetivables -anatómicos y fisiológicos- del cuerpo y del movimiento (enfoque fragjetivables -anatómicos y fisiológicos- del cuerpo y del movimiento o enfoque fragmentado); las monistas han propugnado una educación orientada al desarrollo de la vivencia del ser como totalidad, la cual es indisoluble de la vivencia corporal (enfoque holístico); las socioculturales abogan por una educación que contemple la interrelación de los aspectos instrumentales, vivenciales y socioculturales en la construcción de las ideas o significados relacionados con el cuerpo- cuerpo simbólico (enfoque holístico y sistémico). En esencia todas ellas son contemporáneas, es decir, conviven.
A manera de cierre. Estas acotaciones sobre el ser humano y su dimensión corporal, no son sólo adornos teóricos, constituyen un bagaje técnico, a los que muchos autores han llegado, bien sea por documentación o por la vía vivencial, en todo caso no cierran el debate sobre lo que es o no es la conciencia corporal, pues la dinámica del día a día y las formas como los individuos deciden ser, no están determinadas de modo automático por las teorías formales, es cada individuo quien vive, siente, da un significado, construye y reconstruye, es solo él o ellos quienes en sus contextos perciben cómo ser y ser aprobados y cómo en esa dinámica algunos crecen se desarrollan y se destacan de manera fluyente y rebosada; objeto por lo cual este estudio se desarrollará en su segunda fase, la vivencial.